sábado, 30 de julio de 2016

San Osorio, un santo que sí cumple.


En estos tiempos de desesperanza y aflicción generalizadas, en el que cada vez más mexicanos se abrazan a las religiones y cada vez menos dioses hacen sus apariciones, presenciamos un verdadero milagro. Osorio, mejor dicho, San Osorio, ha cumplido la plegaria de una mexicana.
Sí, estimado tamalito, tal como lo estás leyendo, nuestro hoy santificado secretario (que en China ya está solicitando cambien el nombre del año del mono de fuego por el ángel de juego) la hizo en grande y con voluntad divina demostró que cuando un mexicano se hinca sus peticiones pueden hacerse realidad. De esta forma nos da un mensaje muy claro y nos llena de esperanzas, que al mismo presenta una gran pregunta, ¿será que no habíamos entendido nada y de lo único que se trataba era de hincarnos ante nuestros gobernantes para que se pusieran a trabajar?
Ay, qué tamalitos tan despistados, de haber sabido podríamos haber evitado tantas muertes, crisis, abusos y hasta la corrupción.
En fin, nunca es tarde para aprender, así que de ahora en adelante las procesiones no serán a la Basílica de Guadalupe, sino a Gobernación, y la fecha cambiará del 11 de diciembre al 27 de julio, porque ahí sí cumplen los milagros. De hecho, el gobierno ya está pensando en instaurar un programa que se llamará San Ex-pedito (sic) —que no tiene nada que ver con Calderón—, para que todo mexicano obtenga sus rodilleras gratis, mismas que se podrán recoger en los módulos de atención ciudadana presentando la foto de un familiar desaparecido.
Soluciones inteligentes para peticiones muy urgentes.


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