domingo, 31 de julio de 2016

¿Culpable soy yo? Caro y Peña, los arrepentidos

¿Qué tienen en común Peña y Caro? Por supuesto no se trata de que Peña sea caro para nadie, en ninguno de los sentidos de la palabra. Tampoco hablo de la corrupción ni de la ignorancia, pues aunque todos sabemos que ambos personajes comparten dichas virtudes, lo que no sabíamos, al menos de su propia voz, es que sí eran responsables de aquellos actos reprobables ante los cuales habían negado su responsabilidad repetidamente.
Sí, ahora resulta que en dos declaraciones muy recientes ambos personajes piden disculpas por dos actos que todo mexicano les adjudicaba, pero ellos negaban. Peña pidió disculpas por la Casa blanca, cuando siempre había sostenido que no era responsable, y Caro pidió disculpas por el asesinato de Camarena, cuando un segundo antes y en la misma entrevista aseguró que él no fue responsable. Más claro ni el cinismo de Duarte.
La pregunta sobra, pero sólo por divertirme la voy a repetir, ¿si alguien no es culpable de algo, debe pedir disculpas? Lo más irrisorio es que ante semejante barbarismo el tamalito promedio ni se inmuta y sólo canta: 
...pero aunque vaya desconsolado, seré feliz,
Mi sentimiento se irá en el viento con mi cantar,
Ya que pensando con la cabeza pa que llorar.


sábado, 30 de julio de 2016

San Osorio, un santo que sí cumple.


En estos tiempos de desesperanza y aflicción generalizadas, en el que cada vez más mexicanos se abrazan a las religiones y cada vez menos dioses hacen sus apariciones, presenciamos un verdadero milagro. Osorio, mejor dicho, San Osorio, ha cumplido la plegaria de una mexicana.
Sí, estimado tamalito, tal como lo estás leyendo, nuestro hoy santificado secretario (que en China ya está solicitando cambien el nombre del año del mono de fuego por el ángel de juego) la hizo en grande y con voluntad divina demostró que cuando un mexicano se hinca sus peticiones pueden hacerse realidad. De esta forma nos da un mensaje muy claro y nos llena de esperanzas, que al mismo presenta una gran pregunta, ¿será que no habíamos entendido nada y de lo único que se trataba era de hincarnos ante nuestros gobernantes para que se pusieran a trabajar?
Ay, qué tamalitos tan despistados, de haber sabido podríamos haber evitado tantas muertes, crisis, abusos y hasta la corrupción.
En fin, nunca es tarde para aprender, así que de ahora en adelante las procesiones no serán a la Basílica de Guadalupe, sino a Gobernación, y la fecha cambiará del 11 de diciembre al 27 de julio, porque ahí sí cumplen los milagros. De hecho, el gobierno ya está pensando en instaurar un programa que se llamará San Ex-pedito (sic) —que no tiene nada que ver con Calderón—, para que todo mexicano obtenga sus rodilleras gratis, mismas que se podrán recoger en los módulos de atención ciudadana presentando la foto de un familiar desaparecido.
Soluciones inteligentes para peticiones muy urgentes.


sábado, 18 de junio de 2016

¿Qué quiere el perrito? Mexicanos acaban con el misterio… guau!



El imaginario mexicano no tiene límites, y me parece que los Simpsons deberían darnos un porcentaje ―al menos en cerveza Duff―, porque estamos llevando a la realidad todos y cada uno de sus sketches.
Ahora es el turno del episodio: “¿Qué quiere el perrito?”, pues científicos del Tecnológico de Morelia y de la UPA han creado un software, para clasificar y decodificar los ladridos de los perros. Sí, estimado tamalito, no es sólo una buena idea para mandársela a Matt Groening, en verdad, los científicos están dedicando su "valioso" tiempo al estudio de una forma que nos permita acceder al significado de los ladridos caninos, porque, como vivimos en la época posmoderna de la renovación ética (excluyente, para con el semejante e incluyente, para con el desemejante), las hiper filias han transcendido el sentido mismo de la existencia humana y ahora mismo es más políticamente correcto amar a los animales que a los seres humanos.
Así, mientras nuestro nuevo ethos permite y promueve investigaciones tan "indispensables" como estas, nuestros científicos olvidan que lo más importante es la solución de problemas humanos, demasiado humanos. En fin, mientras la raza del tamal le siga el juego al mundo en este renacimiento espiritual inherente a la renovación ética, que ya no es del amor al prójimo, sino al diferente (sea de raza, de preferencia, de especie o de lo que sea) las cosas se volverán más cómicas y fabulosas... y podré seguir regocijándome ad infinitum.
Todo tiene consecuencias y si esto se lleva a “Buen Fin”, el próximo noviembre veremos nuestra bella ciudad del tamal llena de perritos con unos cascos decodificadores, con forma de sombreros, con la melodía del Baile del perrito precargada, para cuando muevan la cola y que traducirán sus ladridos con la voz de Stephen Hawking y darán órdenes a sus amos, mismos que en este México de “la tolerancia y la transparencia” no obedecen ni la ley, ni a su conciencia, ni mucho menos se entienden entre semejantes. Como dicen los nuevos tamalitos: “No pos Guau”.

jueves, 26 de mayo de 2016

No te metas con mi cucu... o saco el pito de Mancera!

Ahora resulta que un pitillo va a resolver semejante "problemilla". Puro atole con el dedo, puro correctivo y no preventivo, puro "mamar gallo" o más bien... pitillo.

viernes, 13 de mayo de 2016

La banalidad del tamal

El cartel que inspiró el nombre de este blog es el siguiente, que me hizo pensar en la banalización ya no sólo del mal (con la narco política) sino de la política pública, por parte de nuestros gobernantes. ¿Cuántas cosas les dice este cartel? ¿De verdad conviene que sea como nos gusta? ¿A la masa, de la telera y del tamal?